26 de mayo de 2017

12. 'Déjame salir'



El gran mérito de Déjame salir reside en la habilidad de su director a la hora de crear una atmósfera perturbadora. Concebida como una película de terror, aunque con una gran dosis de humor negro y de perspicaz denuncia racial, la cinta jamás entra en el juego fácil de los sustos gratuitos ni en los manidos recursos del género. Cuando Chris (Daniel Kaluuya), un chico negro, se presenta por fin en casa de sus suegros para ser presentado a la familia de su novia blanca (Allison Williams), todo resulta extraño desde el primer momento. El comportamiento inquietante de todos los miembros de la familia se traslada al espectador con una sensación de opresión inteligentemente dosificada, alimentando una tensión cada vez menos sostenible. Efectivamente, toda esa angustia suspendida en el filo de la incertidumbre acaba explotando en la segunda parte de la película. Pero es en esta segunda parte cuando la cinta ofrece algunas dudas. Si se trataba de hacer una simpática, divertida y extremada parodia del terror ochentero, el resultado es satisfactorio. Si, por el contrario, la cosa iba en serio, hay determinadas escenas que resultan verdaderamente sonrojantes. Con todo, el producto final es muy plausible.
                                                                                                 

Fernando Parra Nogueras    
Nota: 7