3 de abril de 2017

7. 'Ghost in the shell'



El problema de Ghost in the shell es la noble pugna de su director por no traicionar el espíritu del manga original y, a la vez, por ofrecer un producto comedido que no traspase en demasía las espesuras filosóficas que son piedra angular en el trabajo de Masamume Shirow. El resultado de esa contención es que, lamentablemente, no hay equilibrio y acaba triunfando el blockbuster, con todo su despliegue técnico y su trepidante acción, sobre la parte reflexiva.

Motoko Kusanagi (Scartlett Johansson) es un cyborg que lidera la Sección 9 del departamento de seguridad del gobierno japonés, que lucha contra el ciberterrorismo y los crímenes tecnológicos en un Japón futurista. Una de sus misiones llevará a Motoko a descubrir su pasado y a despertar en su cuerpo robótico el alma de la humana que fue. Las implicaciones filosóficas y éticas son evidentes, sobre todo aquellas relacionadas con los límites entre hombre y máquina y sus consecuencias identitarias. Esta dicotomía no afecta sólo a Motoko sino a toda una sociedad vinculada a lo tecnológico que, merced a los avances científicos, mejora sus capacidades fisiológicas adoptando implantes robóticos. Por otro lado, los androides de pura cepa están tan extraordinariamente bien diseñados, que cuesta distinguirlos de los humanos. Así las cosas, la única manera de hallar un resquicio de humanidad en esa sociedad tecnificada reside en esa suerte de esencialidad que llamamos alma. Toda la potencialidad del tema queda, sin embargo, atisbada superficialmente para sucumbir luego a los clichés del cine de acción y a sus, justo es decirlo, meritorias escenas. Por su parte, Scarlett Johansson es capaz de superar una vez más la inevitable erotización a que es sometida en cada película para vindicar sus camaleónicas aptitudes de la actriz que es.

Fernando Parra Nogueras 
Nota: 6